viernes, 11 de noviembre de 2011

Trance

Se apaga la luz, el escalofrío entra en cada uno de los poros como un violador en serie.
Un párrafo regresa a su escondite, al alma, al verbo, al vientre de la prosa,
la tinta va llenando un lapicero manchado de vacíos existenciales, una hoja medio vacía es despojada de su tercer garabato.

Uno se cansa de andar recibiendo sin tener nada que dar" - Se queja un libro aturdiendo mis sentidos.
Comprendió que resulta absurdo creer en algo inspirado por la piel,
no hay nada peor que una humanidad queriendo inmortalizarse.

Es hora de brindar al mundo los rayos ultraviolentos de la lluvia que yace en mi clóset,
las ventanas van abriendo las paredes,
hace mucho que no está tan frío el techo,
y este es el momento preciso para exorcizarle las golondrinas al sueño.
Mi cama se rehúsa a levantarse,
dice que estoy más cómoda que nunca.
Pero ya el reloj miró mis ojos
y mis pestañas marcan las 6:37 A.M.

1 comentario:

Frnk Ulloa Melo dijo...

Mi reloj dejo de parir presente hace tiempo ya no tengo pestañas...

Para que decir demasiado...

Besos,versos y abrazos desde Sadalsuud