Digamos que hoy es día de encontrarnos, de sumar más vino y versos a este encuentro.
Después de ser de ti, tan decidida, tan "hoy sí", tan tumbada, tan ausente,
tan "regálame 40 horas al día", tan olvido, tan tristeza, tan demente,
tan "hoy no quiero estar sola", tan trillada, distraída y vulgar, tan contrapuesta.
Después de ser tan luna e inestable, tan "eres más importante cada día",
tan "te amo" en cada una de mis variables, tan lectora, tan podrida, tan mezquina.
Después de todo esto y ser tan turbia, aunque sea un poco menos que el asfalto,
aunque hay noches en que soy inoportuna, y más que humana suelo ser un desarraigo.
Después de ser tan tú, tan "quiero verte", tan tu novia y tan dispuesta, tan sensible,
tan "¿Por qué te ríes cuando me molesto?", tan callada, tan hiriente y tan herible.
Y aunque a veces soy perdón, soy tan ofensa, tan grosera, tan barniz de tus heridas,
tan "odio que me interrumpan", tan absuelta de la mierda que amedrenta mis sonrisas.
Después de ser tu verso y no ser nadie, de correr al compás de las bocinas
de los carros que me roban la paciencia, la conciencia, la inocencia,
y la vecina que nos mira desde aquél puto edificio
encerrada en nuestro beso y nuestra risa,
envidiosa porque ignora lo que es esto,
lo que somos, lo que hacemos a escondidas.
Después de estos despueses, creo que es bueno que entendamos que este amor, más que dolor, nos dió la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario