Es una nostalgia huérfana, no tengo más remedio que ser su hogar.
En este proceso de ir desconociéndome, me descoso,
me vuelvo una fuente de ansiedad, sin color ni forma exacta.
Da igual, si al fin y al cabo estoy aquí para romperme,
para quedarme sin nombre,
para poseer del mundo sólo la pena y la gloria,
y la certeza de saber que no soy más que un par de tetas,
de tamaño intrascendente, que recorren la ciudad.
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