Te lo juro, esta mañana desperté en tu cama.
Y lo primero que vi fue mi copa rota en tu mesita de noche
y tu libro de Kafka manchado de vino.
Mis piernas abrazaban las tuyas, aferradas al momento, más que tú y que yo.
Mis uñas se perdieron en tu espalda, arañando palabras sin fecha y sin intenciones.
Una migaja de sol te iluminaba la cara, parecías un Rembrandt,
parecías un mundo construído con mis labios.
Ahora me sabe a mierda todo esto, este carro se mueve y no me deja escribir sin tener que borrar al menos una letra por palabra. Hay un cerdo en la calle que me mira a los ojos y me embriaga de esta realidad que tanto evito. Y sólo veo asfalto, y gente con la sonrisa muerta y guaguas con mensajes que hablan de Dios.
¿Quién coño me apartó de donde estabas? Quienquiera que seas, sácame de aquí, llévame al lugar en el que existes a mi lado.
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