Los días han vuelto a llenarme de pasado las mejillas.
Se sientan, juegan un rato con el perro, le hacen más gracia que a mí.
Yo me siento a su lado , los miro por encima del hombro,
los empujo, los embriago y los rompo
pensando que al romperlos te rompo también a ti.
Pero aquí nadie se rompe.
Por eso busco tus ojos,
pero tus ojos murieron
y los besos murieron
y las calles murieron
y las manos no sienten
y mis pies ya no quieren ir detrás de ti,
no quieren ir detrás de nadie...
y menos de un recuerdo.
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