martes, 30 de julio de 2013

Siéntame en tus piernas.

Sácame de este día,
desnúdame de la prisa y la ansiedad.
Prívame de nombrarte,
de esperarte en la puerta.
Quiero llorarle al café porque no tengo a quien llorarle,
porque hay demasiada gente pisándome la risa,
para descoserme o yo qué sé.
Entonces le lloraré,
para que me diga lo que tú no supiste decirme,
para que me escriba un verso en la espalda y me diga que todo va bien.
Siéntame en tus piernas como la niña que fui,
sin más intención que exiliarme de tu olvido.
Tócame las manos,
no quedó nada de mí después de mirarte a los ojos.

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