lunes, 5 de agosto de 2013

9:00 A.M.

Ampara esa ternura, querida.
No te calles,
no regales tu risa de rabia.
No te calmes,
no hagas de tus horas una antagonía.
No cierres los ojos,
no rompas las hojas que han sido tu hogar.
Grita, pero grita fuerte, con la luna a cuestas.
No manches tu vida con esperanzas,
no le sueñes ni dormida,
no le sueñes.
Quédate con la dicha de no ser paciencia.
No escuches el ruido de las calles
que caminan por encima de ti
llenando de asfalto tu nombre.

No hay comentarios: