lo que duran mis ojos tratando de no recordar.
Lo que dura un solo de Coltrane, una copa en mi mano,
una siesta en mi hora de almuerzo, una risa, un jamás.
Una
rima mal puesta en los ojos no pudo borrarme
el color de estos labios
que tanto han querido arrancar.
Yo no quiero que en mis condiciones
me toques la mano,
mucho menos que traigas pedazos de amor sin amar.
¿Quién
te dijo que al amanecer quiero un cuerpo a mi lado?
¿Quién
te dijo que mi hambre de odio podría cesar?
En los sueños que
piso este día no hay fecha ni alma.
No hay un beso, ni un
peso que pueda calmar la ansiedad.
¿Dónde está esa mirada que
un día acampó en mi aguacero,
que me amó tantas veces que tuve
que hacerla morir?
Yo no quiero que vengas mañana ni llegues
primero,
yo no quiero ese grito de rabia que un día
te vendí.
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