viernes, 9 de agosto de 2013

Lo que dura un café.

Que te duren mis líneas lo que dura un cigarro,
lo que duran mis ojos tratando de no recordar.
Lo que dura un solo de Coltrane, una copa en mi mano,
una siesta en mi hora de almuerzo, una risa, un jamás.
Una rima mal puesta en los ojos no pudo borrarme 
el color de estos labios que tanto han querido arrancar.
Yo no quiero que en mis condiciones me toques la mano, 
mucho menos que traigas pedazos de amor sin amar.
¿Quién te dijo que al amanecer quiero un cuerpo a mi lado?
¿Quién te dijo que mi hambre de odio podría cesar?
En los sueños que piso este día no hay fecha ni alma.
No hay un beso, ni un peso que pueda calmar la ansiedad.
¿Dónde está esa mirada que un día acampó en mi aguacero,
que me amó tantas veces que tuve que hacerla morir?
Yo no quiero que vengas mañana ni llegues primero,
yo no quiero ese grito de rabia que un día te vendí.

No hay comentarios: